MOURINHO: REFERENTE DE ANTIDEPORTIVIDAD
He aquí un hombre con méritos: Mourinho. De intérprete del bueno de Robson a entrenador de éxito él mismo. Con el Oporto hizo un par de campañas arrolladoras que incluyeron dos ligas de su país, la Copa de la UEFA y la Champions. Niño prodigio de los banquillos, Abramovich lo enroló para el Chelsea, en sustitución del declinante Ranieri. Tiene al equipo líder muy destacado en la Premier y se ha convertido en el coco de la Champions. El Barça ha tenido verdadera mala suerte en el sorteo. Si hay un solo equipo en Europa ante el que no pueda sentirse tranquilo ese justamente es el Chelsea. El equipo que dirige Mourinho.
Pero la eficacia de su trabajo se desluce por su indisimulada antideportividad. Es vanidoso y provocador. Hizo del Oporto una máquina eficaz, pero al mismo tiempo un equipo cargado de mañas y suciedades, decididamente desagradable como espectáculo. Ahora en Inglaterra ha alborotado el trato entre sus iguales, que generalmente se había mantenido en términos de cortesía. Ha tenido refriegas con Ferguson y con Wenger, ha tocado, contra toda norma, a Andy Cole, ha resuelto de la manera más odiosa posible la situación que le planteaba tener un jugador cocainómano en su equipo y ahora lanza un grosero desprecio al Barça.
Es una lástima que Mourinho sea así. Su corta trayectoria le avala como un entrenador bueno, que se gana el respeto con el trabajo en sus equipos. Pero lo pierde con esas bravatas y desplantes que emponzoñan el ambiente y que delatan una personalidad frágil e insegura, una especie de resentimiento sin causa conocida que ni el éxito consiguiera borrar. Sus borderíos son más lamentables todavía en el fútbol inglés, porque en aquel país se mantiene, por encima de hoolligans y de gamberradas de sus jugadores, un culto a los viejos valores del deporte que allí mismo inventaron. Frente a aquel viejo estilo, Mourinho es un perfecto extraño.
No, no me crucifiquéis aún por hablar de Mourinho, por decir la cruda verdad sobre este elemento. Quien osa a hacerlo no es otro que el señor Alfredo Relaño. ¿Se ha convertido el creador del Villarato? Ni mucho menos. Este artículo es de febrero del 2005. El dinero de la casa blanca aún no rebosaba en los bolsillos del portugués, se podía decir lo que se pensaba de él. Ahora ya no, ahora hay que escuchar y repetir, escuchar y repetir, cual adolescente primerizo en eso del fumeteo. ¿No fumas? no molas. Mou es ese chico malo que pervierte al resto. Mou es aquel al que cinco partidos son otro castigo más de aquellos adultos que no quieren entenderlo. Mou es aquel joven que no comprende a los mayores y se pregunta todos los días ¿Por qué?
Hace no mucho, escuché eso de Ibrahimovic no es jugador para el Barça. Ni por su juego individualista ni por sus egos de estrella. Puede que tuvieran razón. Yo no los creía. Zlatan era y es muy bueno, de los mejores, siempre desde mi óptica. Está claro mi cariño hacia él (futbolístico, y eso a pesar de su salida del Barça). No me podía tragar aquello de que un jugador por cómo es o por cómo juega, no puede ir a un determinado equipo, sigo sin asimilarlo del todo, pero veo y bastante claro que al menos esta historia sí que es aplicable al mundo entrenador. Y aquí viene el meollo, (dirás ya era hora, ¿qué es esto de Ibra?) Mourinho no es entrenador para el Real Madrid.
Tomémonos unos instantes antes de comenzar con el asedio al que escribe. Pensemos por nosotros mismos. Dejemos a un lado periódicos, radios y televisiones. Hagamos un ejercicio de reflexión. Empecemos recordando a otro entrenador, un ganador de la Champions league, de dos ligas españolas, e incluso artífice de dos ascensos a primera división, el señor Rafa Benítez. Este hombre con
excelso currículum, llegó al Inter con suficientes avales como para mantener la grandeza que había alcanzado la temporada pasada. No lo consiguió, duró unos meses tan sólo. El mismo que estuvo más de seis años en el Liverpool. Benítez no era entrenador para el Inter. ¿Por qué? Quizás por ese ritmo que Benítez mete en sus equipos, esos Kuyt, Benayoun... Italia no lo ve, ni sus jugadores treintagenarios, es otro estilo.
José Mário dos Santos Mourinho Félix, alias Mou, es un entrenador al que le gusta ir de víctima y de provocador, estilos contrapuestos en un principio se puede pensar, pero ni mucho menos. Es el estilo del todo vale para conseguir la victoria, ya que mi equipo es pequeño
"Estoy cansado de jugar con diez ante el Barcelona..." Es el estilo del todo vale, ya que yo soy muy grande,
"yo sí puedo decir que he ganado en un año tantas Copas de Europa como el Barça, ¿no?..." (enlace también de febrero de 2005, antes de enfrentarse al Barça en Champions).
No, Mourinho no está hecho para el Real Madrid, ni por sus argucias, ni por su estilo. Ni los más viejos del lugar han visto que para recibir a un Barcelona cansado y plagado de bajas, en Champions, no sean suficientes dos centrocampistas defensivos. No, no se recuerda agregar a estos un central. ¡Y en el Bernabéu! Al Madrid no se le puede hacer pequeño, ni siquiera como estrategia, es grande, muy grande y ni las necesidades de títulos compensan la mala imagen que este señor está dejando a este club. Mou creyó que disponer de la mayor red de prensa deportiva que puede poseer un equipo de fútbol iba a ser suficiente. Conspiraciones, ataques, acusaciones directas a colegas de profesión, organismos oficiales (UEFA) e incluso premios nobel de la paz (UNICEF). Se equivocó. Pero está claro, no lo reconocerá. Y querrá la perra chica para él. Ahora todos piensan como él, todos le siguen, todos le repiten. Pero ¿y mañana? Quizás ya no seas joven, quizás no seas un rebelde, quizás ya no te sigan...
¿No fumas? No molas.
La frase:
Vicente del Bosque (Seleccionador de España, campeón del Mundo y Marqués de Del Bosque): "Es malo focalizar todos los males en la figura del árbitro"
Real Madrid Old School